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No pronunciaré ni una sola palabra; no diré nada.
    Tú harás lo que deba hacerse.
10 Deja de castigarme;
    me destruirás si no te detienes.
11 Tú castigas a la gente por su maldad,
    consumiendo como polilla sus tesoros
    para enseñarle la forma en que debe vivir.
Las cosas que la gente busca y atesora desaparecen fácilmente.
    Nuestra vida es como una nube de humo. Selah

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